
Por: Jorge Mier Hoffman
Desde que el mundo fue poblado por razas, etnias y culturas, no fue la fe religiosa ni el fundamentalismo ideológico lo que llevó a la guerra y al genocidio a los pueblos del mundo; como tampoco lo fue el fanatismo político ni las ansias de poder, lo que degeneró en la barbarie humana que exterminó a sus semejantes… Fue en chauvinismo, el gentilicio y el arraigo a la tierra, que se conjugaron en una palabra sagrada llamada "patriotismo", que ha llevado a la humanidad a agruparse en extensiones territoriales a fines con su idiosincrasia, cultura e idioma, para constituir un sólida masa compacta que llamamos "País"… El "patriotismo" fue la llama que encendió las revoluciones en el planeta, y que constituyen la única fuerza cohesionadora que inspira a los pueblos a luchar por su identidad… Pero sobre todo fue el "patriotismo", la chispa que encendió la revolución bolivariana que liberó cinco naciones, tal cual vociferaba el Libertador Simón Bolívar:
"Primero el suelo nativo que nada; él ha formado con sus elementos nuestro Ser; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro pobre país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo; todo nos recuerda un deber, todo nos excita sentimientos tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado"


En Japón y China, como milenarias culturas del idealismo oriental, ya están siendo penetradas por el occidente, mediante la transculturización que conlleva la música, el cine, la comida y el vestir, que, como virus de la cibernética, invaden el cerebro para modificar los hábitos del consumo, y cambian los valores culturales, morales y religiosos.
Pero mientras estamos a tiempo de frenar el ICONOCIDIO, ya la población de los Estados Unidos es un caso perdido, pues fue absorbida por el embrutecimiento genético que conlleva la hipnosis mediática, que ha creado una sociedad sumisa, conformista, drogada y embelecida en la frivolidad de sus íconos imperialistas les brinda



En Venezuela, estamos siendo asesinados sistemáticamente por el ICONOCIDIO que destruye los íconos de la revolución bolivariana, y su máximo exponente: Simón Bolívar
Ya lo demostró el imperio, cuando apoyó el Golpe de Estado el 11 de abril del 2003, que depuso al Presidente Chávez, y como el primer acto del dictador Carmona Estanca, fue quitar del Palacio de Gobierno todos los cuadros con las imágenes de Simón Bolívar, y como su segundo Decreto, quitarle al Venezuela el nombre de "República Bolivariana".
Margarita con su herencia bolivariana y arraigo ancestral de afamada cultura indigenista, está sufriendo el ICONOCIDIO de una casta apátrida que conspira a favor del imperio estadounidense
1) Las avenidas ya no son llamadas con nombres de su larga lista de próceres y gente honorable que vivió en la isla, y que encabezan el Panteón de los héroes margariteños, sino que ahora son bautizadas con nombres de políticos, comerciantes y de gente insulsa, que no invocan gentilicio, sino evocan un jalabolismo desquiciado.
2) Una escuela emblemática que llevaba con orgullo el nombre Guaiquerí, tribu indómita de la cultura margariteña, es cambiado por el nombre de su genocida, la reina Isabel La Católica para halagar al rey que dijo: ¿..Por qué no te callas..?



6) El Faro de Porlamar y el Morro, que desde siempre fueron los íconos de Margarita e hitos de referencias geográficas de la isla, son derruidos y sepultados por la vorágine del urbanismo desquiciado, que no tiene nacionalidad y que actúa bajo la sombra de la corrupción.


Al daño moral y patrimonial que está sufriendo Margarita, hay que agregar la degradación de valores, la baja del autoestima, y la desidia de las instituciones públicas en dar respuesta a la ciudadanía, como un ICONOCIDIO que es manipulado con toda la mala intención, en un esquema mediático de tergiversación virtual, que busca crear un terreno fértil para la destrucción cultural de nuestro gentilicio, y el ambiente ideal para la transculturización, que ya hace estrago en lo único que nos salvará del la esclavitud: La juventud
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