viernes, 28 de diciembre de 2007

Campesinos emprenden trasformación de sus vidas

Represa Masparro
Carretera en construcción

"La esperanza estaba tan lejos como pegarle un tiro a una estrella"

En el estado Barinas, cuatro comunidades rurales disfrutarán plenamente de los servicios de agua, electricidad, vialidad, educación, salud y vivienda. Gracias a la distribución equitativa de los recursos provenientes de la renta petrolera y de la responsabilidad de las empresas de producción social, como el Centro Genético Florentino. Cuatrocientas 72 personas, aproximadamente, serán las beneficiadas



Por: Dexy García (*)
Fotos: Luis Laya

Llegamos al aeropuerto nacional de la ciudad de Barinas, su sol siempre cálido se hizo sentir de inmediato, los señores que prestan servicio de taxi nos abordaron enseguida para ofrecernos una “carrerita”, nombraron un sin fin de lugares, pero nunca, Quebrada Negra, Llano Alto, Balconcito o Quebrada Amarilla, que eran nuestro destino. Le hicimos saber que nos trasladábamos hacia estos lugares - entre ellos consultaban la posible ubicación- daban puntos de referencia, pero al final nadie supo donde se ubicaban. El estado Barinas en su gran extensión y dualidad de relieve: sabanas y piedemonte de cordillera andina, alberga comunidades rurales desconocidas en su mayoría por quienes hacen vida en la capital del estado. Estos caseríos están apartados de la ciudad, no por la distancia medida en kilómetros, sino por las malas condiciones de las vías de acceso. En nuestro país, las ciudades no han sido planificadas, mucho menos el campo. La vida de los campesinos por los siglos de los siglos ha estado marcada por muchas carencias, entre ellas: la de vivienda, salud y agua potable. Sin embargo, el marco jurídico venezolano y el proyecto de país que impulsa el Gobierno Bolivariano apuestan por la transformación de esta realidad. Quebrada Amarilla, Llano Alto, Quebrada Negra y Balconcito son cuatro comunidades rurales ubicadas en el piedemonte de la cordillera andina, a unos 34 kilómetros (Km.) aproximadamente, al norte de ciudad Barinas y a 30 Km. al noroeste de Sabaneta, específicamente en la parroquia Juan Antonio Rodríguez Domínguez del municipio Alberto Arvelo Torrealba del estado Barinas. La belleza de la zona es única, allí se puede apreciar una diversidad de plantas y aves exóticas, las montañas reverdecidas y las sabanas en lo más alto de la montaña, lo que se conoce como llanos altos, son indescriptibles. Pequeñas cascadas y ríos son una constante a lo largo del camino. El toque final del paisaje lo ponen las represas Mazparro y Peña Larga de Boconoíto que rodean a las comunidades. Los caseríos son independientes entre sí, cada uno viene construyendo su propia historia y desarrollando sus potencialidades, que son muy similares. Tienen entre 80 y 60 años de fundados, según estimaciones de los hijos de los precursores. Llegaron de distintos sitios en búsqueda de mejores tierras para la agricultura y la ganadería y desde su llegada el trabajo ha sido vencer las condiciones adversas de la naturaleza. Construyeron sus propios caminos a punta de machetes y hachas, sus medios de transporte por muchos años fue el burro, el caballo y las lanchas para navegar en las represas. Antes del 2006 nunca los había visitado un médico, el agua para el consumo diario la colectaban de los ríos o de los caños cercanos y cuando alguien de la comunidad se enfermaba debía ser trasladado en caballo o en lanchas a las poblaciones más cercanas que son Barrancas y Boconoíto. Sus viviendas construidas por ellos mismos a base de palma, barro y bahareque, les acarrean problemas de salud, sobre todo respiratorios. Desde hace un año y medio las condiciones de vida de estas personas que son 472, un promedio de 122 habitantes por comunidad, comenzaron a transformar su realidad con el apoyo del gobierno nacional a través del Centro Genético Florentino -como parte de su responsabilidad social – y otras instituciones. Para sus habitantes, los cambios que han vivido son como una especie de milagro, cuando la realidad es que la justicia social está llegando a lugares más remotos de Venezuela. Queremos seguir viviendo en el campo A mediados del año 2006 el Gobierno Bolivariano creó un proyecto de transformación para Quebrada Negra que luego se extendió a tres comunidades más: Llano Alto Quebrada Amarilla y Balconcito. El proyecto consiste en la construcción de viviendas para las familias radicadas en la zona, electrificación, construcción de un ambulatorio tipo I, construcción de acueductos, ampliación de las escuelas y la creación de carreteras. Las viviendas son de bloques con techo machihembrado, de tres habitaciones, dos baños, cocina, sala-comedor y lavadero, con sus respectivos patios típicos de la zona. Los ambulatorios son tipo I, lo que significa que deben estar dotados para el hospedaje de los médicos. Los avances de las obras entre una comunidad y otra son distintos, el señor Antonio Herrera es habitante de Quebrada Negra, él narró que: “para lo que esto era, está demasiado bonito, ya tenemos la ampliación de la escuela, dos camionetas de transporte público que nos donó la Presidencia de la República, de las 31 viviendas que se estimaron para acá, 19 están listas y a 12 le faltan algunos detalles”. Asegura que se han dado retrasos en las construcciones “porque se tenía previsto que el proyecto culminaría el pasado mes de noviembre, aunque las cosas se vienen haciendo”. Para los habitantes de esta comunidad no es un requerimiento que su espacio se convierta en una ciudad, dicen querer seguir viviendo en la tranquilidad del campo, pero disfrutando de todos los servicios. El ambulatorio de Quebrada Negra ya esta construido, sin embargo, hace falta la construcción de las habitaciones y demás espacios necesarios para que los médicos se residencien. Por los momentos, las cuatro comunidades son atendidas por los médicos del ambulatorio de Llano Alto. Los doctores son una bendición Las obras en Llano Alto están más avanzadas que las de Quebrada Amarilla y Balconcito, pero menos adelantadas que las de Quebrada Negra. La señora Eloina Torrealba es habitante y miembro del Consejo Comunal de Llano Alto, explica que “para esta comunidad el logro más importante es tener a la doctora Yuly Infantes y al doctor Tayron Gill viviendo entre nosotros, ellos son una verdadera bendición, no vamos a permitir que se vayan, por eso queremos que les construyan su casa lo antes posible. Iván Toledo compañero de la comunidad está dispuesto a donar un terrenito para que le construyan un lugar más cómodo, donde ellos puedan vivir mejor”. Respuestas a las inquietudes La ingeniera Angie Rivas es parte del equipo designado por el Centro Genético Florentino para la supervisión y ejecución de las obras, ella manifestó que el Centro Genético ha entregado el 50% de los recursos. “Se tenía planificado para entregar las viviendas en noviembre, pero no se pudo hacer, ya que están a la espera de que la sede central de El Servicio Autónomo de Vivienda Rural (Savir) haga la entrega de los recursos restantes y se aprueben algunos créditos adicionales, de tal manera que a menos de la mitad del 2008 haremos entrega de todas las obras tal como lo indica el proyecto”. El futuro que se construye Estas comunidades también empiezan a organizarse, han conformado consejos comunales y tienen un Banco Comunal que otorga pequeños créditos para el cultivo de café y la cría de ganado, entre otros. La Misión Ribas también se ha hecho presente con una matricula de 16 personas. Actualmente están trabajando desde los consejos comunales para disfrutar del resto de las misiones sociales, especialmente de una bodega Mercal. Por eso el señor Felipe Betancourt dijo: “en cada lugar de Venezuela se está sembrando una gotita de petróleo”.

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