En una entrevista concedida al periodista Aurelio Gil Beroes, de
Caracas, 20 de mayo de 2008 / A juicio del profesor de la universidad de Binghamton (estado de Nueva York, EEUU.), James Petras, el gobierno estadounidense encierra en sus cárceles a jefes paramilitares colombianos, para retribuir al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, la cooperación que ha tenido con la política de agresión contra Venezuela.
De esta forma -sostiene- Uribe silencia a los jefes paramilitares e interrumpe el proceso de comprometedores testimonios en el escándalo de la llamada “parapolítica” que, hasta ahora, involucra a parlamentarios, jefes militares, miembros del gabinete y a personeros de su entorno más cercano.
“Lo que es extraordinario -comenta- es que estos jefes han dado testimonio en las cortes, sobre sus vínculos con altos dirigentes colombianos. Nombraron a más de sesenta congresistas y miembros del gabinete del gobierno de Uribe, como colaboradores de los narcotraficantes y paramilitares; han nombrado generales y parientes de Uribe como receptores del dinero del narcotráfico”.
En medio de ese proceso y frente a los fiscales –prosigue Petras- el gobierno colombiano saca a los “paras” del país y terminan los testimonios contra los principales beneficiarios del narcotráfico.
Petras denuncia que Estados Unidos, en vez de seguir investigando los lazos “entre estos capos de la mafia y sus vínculos con la elite colombiana”, simplemente los encierra en cárceles, aislados y sin posibilidad de entrar en contacto con la prensa, con la cual podrían hablar de sus socios en el gobierno de Uribe y en el Congreso de Colombia.
Afirmó que Uribe se presta a toda la política agresiva de Estados Unidos contra Venezuela, incluso perjudicando las posibilidades de un comercio multimillonario con su vecino, para complacer a los gobernantes de EEUU.
Zar antidrogas, desvío de atención
En torno a las recientes declaraciones de Jhon Walters, el llamado zar antidrogas, acerca de que el presidente Chávez “tiene mucho qué explicar”, el pensador y sociólogo estadounidense indicó que constituyen un esfuerzo por desviar la atención sobre la extradición de los paramilitares en Colombia.
Además hace una importante revelación: “El señor Jhon Walters tiene una biografía interesante. Su padre, Vernon Walters, era la cabeza de la política contrainsurgente de los Estados Unidos en los años 60 y 70. Vernon Walters era el arquitecto de las masacres en Centroamérica, donde murieron más de 300 mil indígenas y campesinos en El Salvador y Guatemala, y en la guerra de los contras en Nicaragua. Dirigió las guerras sangrientas en Colombia en esos mismos años”.
Afirmó que Vernon Walters era uno de los políticos más desprestigiados de los gobiernos estadounidenses, “(…)y ahora el hijo sigue los mismos pasos, tratando de tirar lodo sobre el único presidente de los países andinos que ha lanzado una guerra frontal contra la delincuencia, los narcotraficantes y sus socios gubernamentales: el presidente Hugo Chávez”.
Y es increíble –continúa– que esta campaña norteamericana contra Chávez toque el tema del narcotráfico, cuando su principal aliado en América Latina está metido hasta las narices y tiene una carrera política financiada por los narcotraficantes.
Petras ofrece además una fórmula para acabar con el narcotráfico: “Simplemente encarcelando a los principales banqueros en los Estados Unidos y sus inversionistas en Colombia. Con una redada de quinientas personas se acaba toda la distribución y producción del narcotráfico”.
IV Flota, una debilidad
Interrogado sobre la presencia de
“La movida de
Manta, Uribe y Rosales
Consultado sobre la posibilidad de que las operaciones de la base de Manta sean trasladadas a una base en
“Lo que Washington está negociando con Colombia es transferir la base de Manta a
Y añade: “Más que nada, yo veo que una base militar norteamericana en la frontera con el Zulia, es un esfuerzo por coordinar el separatismo de Rosales, en el Zulia, con la táctica de Uribe y Bush. Yo creo muy importante, frente al desafío de una base militar norteamericana en Colombia, que hay que pulverizar este movimiento, mal llamado autonomista, el separatismo de Rosales”
Petras concluye con una recomendación: “No hay que dar tiempo ni respiro. Hay que poner la fuerza del Gobierno, la autoridad del país frente a esta movida separatista, embrionaria pero peligrosa”.
ABN/VTV-shar
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